Coronavirus: ¿qué implica la liberación de las patentes de las vacunas?

Estados Unidos y varios países de la UE ya dieron su aval a la posibilidad de dar un paso clave para avanzar en la lucha contra la pandemia de coronavirus.

INTERNACIONALES 07 de mayo de 2021 redacción redacción
vacuna

El gobierno de los Estados Unidos, con Joe Biden a la cabeza, dio ayer un drástico giro en su política y adelantó que alentará en el seno de la Organización Mundial de Comercio (OMC) el levantamiento de las patentes de las vacunas contra el coronavirus Covid-19 de modo de facilitar su producción y acceso en todo el mundo como una forma de poner fin a la pandemia que asola al planeta desde hace más de un año.
¿Qué significa levantar las patentes?

Levantar temporalmente las patentes que existen sobre las vacunas permitiría que cualquier laboratorio, con la tecnología adecuada, pueda producir libremente los distintos fármacos contra el coronavirus sin la obligación de compensar a quienes desarrollaron los fármacos.

Las patentes tienen normalmente una vigencia de 20 años, aunque no es necesario que una empresa farmacéutica o de cualquier otro sector espere ese tiempo para poder negociar con otras firmas acuerdos bilaterales para que estas fabriquen versiones genéricas, algo que se hizo por ejemplo con los fármacos contra el VIH-SIDA.

La idea que se está discutiendo en la OMC en estos momentos es suspender temporalmente las patentes, probablemente hasta que se pueda decretar el fin de la pandemia. Los derechos de patente están contemplados en el Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (TRIPS por sus siglas en inglés), firmado en 1994 e incluido en el acuerdo general que fundó la OMC en 1995.

¿Qué países apoyan esta propuesta?

Desde la presentación de la propuesta realizada por India y Sudáfrica, la iniciativa contó con el apoyo del bloque de países en desarrollo, que actualmente tienen menos posibilidades de acceso a las vacunas contra el coronavirus (sólo un 0,3% de las 1.100 millones de dosis administradas en el mundo se aplicaron en países de bajos ingresos).

Se oponen en su mayoría los países más desarrollado, muchos de ellos sedes de grandes farmacéuticas como Suiza, Japón o Australia aunque Estados Unidos. hasta ayer reacia a la propuesta ayer cambió su posición mientras los países que integran la UE comenzaron a mostrarse este miércoles más abiertas a esa posibilidad.

Brasil, con Jair Bolsonaro a la cabeza, era uno de los pocos países en desarrollo que se había alineado con los detractores de la iniciativa

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