Al ver que le habían depositado 281 millones de pesos chilenos desde el departamento de Recursos Humanos de la compañía, el hombre primero se mantuvo en silencio.

Cuando la empresa detectó la irregularidad, lo contactaron para que devolviera el dinero y el trabajador se comprometió a pasar el día siguiente por el banco para arreglar el tema.

Como no se presentó a realizar el trámite, desde sus empleadores lo llamaron gran cantidad de veces hasta que atendió y aseguró que se había quedado dormido.

Desde ese momento, el empleado no volvió a comunicarse y luego de varios días apareció en la compañía su abogado para informar que su cliente no tenía intenciones de devolver el dinero porque el error no habrá sido suyo.

Además, presentó su renuncia irrevocable.

Los jefes del hombre iniciaron una acción legal y presentaron una denuncia por "apropiación indebida".