Ante esta situación debemos entender que esto sucede porque algunos sectores consideran que se agotan las herramientas pacificas para resolver los conflictos. Aquellos que tenemos una vocación permanente de diálogo y consenso no podemos permitir que esto ocurra. 

Condenar los hechos de violencia en primer lugar es también poner la mirada en los discursos de odio que desencadenan estas acciones. Con paciencia debemos contrarrestarlos, trabajando en equipo para que su influencia afecte solo a una minoría violenta que no tiene lugar en la actualidad. 
Todos los que creemos que la democracia es el camino, necesitamos continuar por la senda del dialogo infinitamente y tender los puentes que sean necesarios para mantener firmes los ideales de nuestro gobierno republicano, federal y representativo.

Debemos resistir las provocaciones y estar a la altura de las circunstancias, el momento histórico nos exige unir nuestras acciones para atravesar esta pandemia mundial. Unidos y hermanados tenemos que continuar trabajando por una patria grande, donde todos y todas apostemos a la libertad de expresión y opiniones distintas siempre bajo el marco del respeto.

Por último solo recordar que Dios nos une bajo sus brazos y él nos demuestra con su amor el camino que debemos seguir.”