GUAYAQUIL.- Los presos de una penitenciaría de Guayaquil, Ecuador, en la que en septiembre se produjo una de las peores masacres carcelarias de América Latina con 119 muertos, volvieron a amotinarse este sábado con un saldo de por lo menos 52 muertos, informó la Policía. Las muertes ocurrieron tras un intenso tiroteo que se prolongó en la madrugada del sábado por varias horas en la cárcel estatal de la ciudad portuaria de Guayaquil, donde son frecuentes los choques entre internos pertenecientes a bandas relacionadas con el narcotráfico local e internacional. En las últimas horas se siguen escuchando constantes ráfagas de armas y disparos en la Penitenciaría del Litoral, mientas en redes sociales circulaban videos que mostraban supuestas víctimas, heridos y cuerpos incinerados en el interior de esa cárcel, mientras otros clamaban por la intervención de policías y militares. La Policía había indicado el viernes que descubrió a tres reos de la misma cárcel de Guayaquil que pretendían ingresar cinco pistolas, dos fusiles y 27 bultos con municiones y explosivos a través de una reja que da hacia una calle, la cual rompieron. La situación se registra en medio de la vigencia de un estado de excepción en todas las cárceles a nivel nacional, el cual restringe ciertos derechos y concede autoridad especial a los uniformados. Además de los trágicos enfrentamientos de septiembre, en febrero, el saldo de un amotinamiento simultáneo fue de 79 muertos, y en julio fallecieron 22 reos. Esa cárcel, la más violenta del país, se encuentra en Guayaquil, 270 kilómetros al suroeste de la capital. Ecuador registra cerca de 40.000 detenidos en el sistema penitenciario, de los cuales 8350 están en el centro penitenciario del Litoral. Según datos proporcionados por el director del servicio de atención a privados de libertad, en ese recinto carcelario el hacinamiento es de un 62%, mientras que a nivel nacional es de 55%.