POLICIALES Por: redacciónHace 5 horas

El duro testimonio de la tía de la nena asesinada en Córdoba: "Era amorosa"

Rocío Milagros Rauch, madre de Aralí Vivas, es una de las personas detenidas por el crimen. Su hermana reveló que la Justicia le había quitado la tenencia de los hijos en dos ocasiones y la acusó de abandonar a los menores.

En el marco de la investigación por el crimen de Aralí Vivas, la nena de 8 años que fue asesinada en la localidad de Brinkmann, provincia de Córdoba, la Justicia ordenó la detención de Rocío Milagros Rauch, madre de la menor. En las últimas horas Nazarena, tía materna la víctima, reveló los problemas de alcoholismo que padecía su hermana y la responsabilizó por el hecho: “No tendría que haber dejado a su niña a cargo de una persona que no correspondía ni con los antecedentes que tenía”, sostuvo.
“Arilí era una niña llena de luz y alegría, con mucha vitalidad... Ella era amorosa, muy amorosa”, recordó Nazarena con la voz quebrada al hablar de su sobrina y siguió: “Cuando iba a verla, venía corriendo, me abrazaba, y no solo conmigo, sino con todos. Iba a una escuelita de fútbol en Brinkmann, siempre estaba con una sonrisa. Amaba mucho a sus hermanos, a su mamá, se hacía cargo de los hermanitos. Siempre estuvo con ellos. A pesar de todo, querían estar con su mamá”.

Nazarena vive en la localidad vecina de Morteros y es hermana de Rocío Milagros Rauch, quien quedó detenida por el delito de homicidio calificado por el vínculo en calidad de partícipe necesario debido a presunto abandono y omisión de cuidado.

Según contó, Rocío había viajado a Morteros el viernes pasado para reclamar por la cuota alimentaria del padre de Aralí. En ese sentido, la joven apuntó contra la mujer por haberse ido de Brinkmann sin sus hijos: “A mí como hermana me duele un montón porque estoy pasando el duelo de haber perdido una sobrina, ver que Rocío pasó por esto, pero creo que una madre no tendría que haber dejado a su niña a cargo de una persona que no correspondía ni con los antecedentes que tenía. Ella tendría que haber sido una madre y llevárselos con ella”.

Nazarena relató que en dos ocasiones anteriores la Justicia le había sacado a Rocío la tenencia de sus hijos por denuncias de violencia realizadas por vecinos y por otra de sus hermanas, Claudia. Para ese entonces Matías Ezequiel Simeone estaba en prisión.

“La primera vez que se los sacaron denunció mi hermana Claudia, la segunda vez fueron los vecinos que insistieron ante Asistencia Social, que se encontraron con un hogar que era peligroso para los niños”, reveló en diálogo con Arriba Córdoba.

 

En ese sentido, apuntó contra la falta de presencia del Estado y de los organismos de control en estos casos: “Con mi otra hermana y mi papá siempre intentamos sacarla adelante, tratando de que dejara el alcohol y que pudiera estar con sus hijos. Al principio parecía que todo estaban bien y le devolvieron a los chicos, pero nunca hicieron un seguimiento a ver si realmente ella estaba bien, si realmente se había recuperado, si los chicos vivían en un lugar sano, si se bañaban, si iban al colegio”.

Por último, Nazarena pidió “que los culpables no vean la luz del sol” tanto para “los culpables que le arrebataron la vida como las personas que podrían haberlo evitado y que pusieron un montón de trabas a toda la gente que quería ayudar, pero les decían que no porque los chicos ‘siempre tenían que estar con la mamá’”.

El crimen de Aralí Vivas en Córdoba
El caso ocurrió en la localidad de Brinkmann, en el noreste de la provincia de Córdoba. Aralí Vivas fue hallada sin vida el sábado 2 de noviembre dentro de su casa tras un incendio y, si bien en un principio se pensó que se trataba de un accidente, los investigadores descartaron esa hipótesis tras los resultados de la autopsia.

Desde el Ministerio Público Fiscal de Córdoba informaron que los informes preliminares de la autopsia establecieron “que el incendio podría no ser accidental y que el fallecimiento de la víctima habría ocurrido con anterioridad al siniestro”.

Los resultados establecieron que los forneces “no hallaron monóxido de carbono en los pulmones” de Aralí, lo que significa que ya estaba muerta cuando comenzó el incendio, y que la nena presentaba “un traumatismo en la zona craneal”, de acuerdo a lo que informó La Voz del Interior.

A su vez, lo que llamó la atención de los investigadores desde el principio fue que, si bien se estableció que el fuego inició en la habitación de la nena y que las puertas estaban abiertas, la menor no había intentado huir.

Luego de que se descartara la hipótesis del accidente, la Justicia detuvo como coautores del delito de homicidio al padrastro de la víctima, identificado como Matías Ezequiel Simeone de 33 años, quien recientemente había sido condenado por violencia de género, pero continuaba en libertad, y a Cristian Hernán Varela, de 40, señalado como supuesto cómplice.

En tanto, luego se llevó a cabo la detención de Rocío Rauch, madre de Aralí.

Tras la detención de los dos principales sospechosos, la principal hipótesis es que el padrastro de la nena habría iniciado el incendio con el fin de ocultar evidencia del crimen y desviar la investigación.

Como coartada, Simeone indicó que al momento del incendio no se encontraba en la casa y se había ausentado para llevar a sus propios hijos al parque. Luego, al declarar ante la Justicia, ambos detenidos comenzaron a involucrarse entre sí.

Los antecedentes penales de los dos acusados detallaron que Simeone se encontraba en libertad condicional pese a "haber sido declarado penalmente responsable de los delitos de amenazas, tenencia ilegal de arma de fuego, desobediencia a una orden judicial, encubrimiento, violación de domicilio, lesiones leves calificadas, daño y desobediencia a una orden judicial, dispuesta por Cámara en lo Criminal y Correccional de la Ciudad de San Francisco”.