Horror: un bebé prematuro murió tras una brutal golpiza de su padre

El bebé, de apenas dos semanas de vida, había nacido prematuro. Su padre fue acusado de haberlo golpeado hasta causarle la muerte.

La trágica historia de Brendon Staddon, un recién nacido en Inglaterra, generó una profunda conmoción. El pequeño falleció en marzo de 2024, tras ser víctima de un brutal ataque perpetrado por su propio padre, Daniel Gunter, quien le aplastó el cráneo.

El caso fue resuelto judicialmente recién este mes, cuando se dictó sentencia contra el acusado.

El caso de Brendon Staddon que sigue consternando a toda Inglaterra

El informe forense expuso una escena escalofriante: el pequeño Brendon Staddon, un bebé prematuro de apenas dos semanas de vida, presentaba una fractura en el cráneo, además de severas lesiones en la mandíbula, cuello, piernas y muñecas. La causa oficial de muerte fue un fuerte golpe en la cabeza.

“No había una parte de él que no estuviera dañada”, expresó con crudeza el investigador del caso ante la corte británica, según publicó la BBC. Las alarmas comenzaron a sonar cuando el personal médico del hospital detectó conductas alarmantes por parte del padre, Daniel Gunter.

 
Según los testimonios, desobedecía las órdenes médicas, sacaba al bebé de la incubadora y hasta llegó a quitarle un tubo de oxígeno colocado en la nariz. A pesar de las advertencias, insistía en manipular al niño de forma irresponsable.

El Día del ataque

El día del ataque, Gunter se ausentó brevemente para fumar un cigarrillo. Fue en ese lapso que los médicos notaron un agravamiento repentino en el estado de salud del bebé. Brendon presentaba heridas demasiado graves para haber ocurrido por accidente. A pesar de los intentos por estabilizarlo, no logró sobrevivir. La escena marcó un antes y un después para el equipo médico, que alertó de inmediato a las autoridades.

La pareja fue detenida en el hospital, pero recién ahora, luego de más de un año de investigación y recolección de pruebas, Gunter enfrenta cargos formales por asesinato. El caso conmocionó al Reino Unido, tanto por la brutalidad del crimen como por el contexto: un bebé prematuro, frágil y vulnerable, fue asesinado por la persona que debía protegerlo.