







Tras el fallecimiento de un familiar, es clave notificar al banco y comenzar el trámite de sucesión. El acceso a las cuentas y tarjetas no es automático y requiere pasos legales específicos.


Cuando una persona fallece, sus cuentas bancarias no quedan automáticamente disponibles para sus familiares. De hecho, si no se siguen los pasos adecuados, podrían quedar bloqueadas indefinidamente o incluso generar deudas.
¿Qué hacer con la cuenta bancaria?
Lo primero que deben hacer los herederos es notificar al banco del fallecimiento. Esto permitirá bloquear la cuenta para evitar movimientos no autorizados y nuevos cargos.
Luego, se debe iniciar el trámite de sucesión judicial, mediante el cual el juzgado determina quiénes son los herederos legítimos y les otorga acceso a los fondos.
Si se desconoce si el fallecido tenía cuentas, es posible consultar al Banco Central de la República Argentina (BCRA), que emite informes con las cuentas registradas a nombre de una persona.
Documentación necesaria
Para avanzar con el trámite, se deberá presentar:
DNI, LE o LC del fallecido (original y fotocopia)
Certificado de defunción
Partida de nacimiento o libreta de matrimonio (según el vínculo)
El certificado de defunción puede emitirse directamente en el hospital o, si el fallecimiento ocurre en un domicilio, un médico deberá certificarlo y luego se gestiona en el registro civil correspondiente.
¿Y las tarjetas de crédito?
Las tarjetas también deben ser informadas al banco o entidad emisora. Se recomienda hacerlo dentro de los 180 días del fallecimiento, presentando el certificado de defunción y otra documentación requerida.
Una vez notificada, la entidad procede a bloquear la tarjeta y cancelar los fondos disponibles. Es importante verificar si existen servicios o impuestos adheridos para evitar cargos automáticos o cortes por falta de pago.
En la mayoría de los casos, las tarjetas incluyen un seguro de vida que cubre la deuda pendiente, tanto del titular como de sus adicionales. Sin embargo, algunas causas, como el suicidio, pueden estar excluidas.
Conclusión:
Frente al fallecimiento de un familiar, actuar con rapidez y con la documentación en orden es fundamental para evitar conflictos legales, deudas innecesarias y pérdida de acceso a fondos legítimos. El trámite de sucesión es clave para regularizar toda la situación financiera del fallecido.






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