







Alexis Mac Allister, mediocampista de la Selección Argentina y actual jugador del Liverpool, recordó su breve paso por Boca Juniors y el conflictivo final de su ciclo, en el que Juan Román Riquelme tuvo un rol central.
En una nota publicada en The Players’ Tribune, el futbolista repasó sus comienzos y contó detalles de su estadía en el club de la Ribera, un capítulo que aún le genera sentimientos encontrados.
Mac Allister llegó a Boca a mediados de 2019, a préstamo por un año desde el Brighton de Inglaterra, sin opción de compra. En los primeros meses, bajo la dirección técnica de Gustavo Alfaro, logró destacarse y cumplir un anhelo de infancia. Pero en diciembre de ese año, con la llegada a la dirigencia de Jorge Amor Ameal, Mario Pergolini y Riquelme, sus planes cambiaron.
“Estar en Boca era un sueño. Quería seguir esos seis meses que me quedaban, pero como el préstamo no incluía opción de compra, los dirigentes no querían que me quedara”, contó. Y señaló que la decisión final la tomó Riquelme, entonces al frente del Consejo de Fútbol: “Era mi ídolo. Yo crecí viéndolo como el mejor jugador que había. Imagínense lo difícil que fue para mí vivir esa situación”.
No es la primera vez que el volante se refiere al tema. En 2020, ya de regreso en Brighton, había afirmado que su salida estuvo influenciada por cuestiones políticas, debido a la relación de su padre con Mauricio Macri. “Hablé con Román y le dije que quería quedarme. Después me entero de que Boca pedía un millón de dólares. Ahí le dije a mi papá que, si pedían plata, no era tan importante, y decidí irme. Influyó que Russo no me llamara. No hablé con Russo ni con Ameal, sólo con Riquelme, y me quieren hacer quedar mal por política”, dijo en ese momento.
En el instante de su partida, el mensaje público fue distinto. En una historia de Instagram, agradeció a la dirigencia “por esta oportunidad de aprovechar un permiso especial para jugar en una de las mejores ligas del mundo” y explicó que se trataba de “una chance irrepetible” al no contar con pasaporte comunitario.
En esta nueva confesión, Mac Allister eligió un tono más moderado, aunque dejó en claro que la forma en que se produjo su salida lo sigue marcando. Fueron apenas seis meses en el club, pero con un alto valor emocional: el de cumplir un sueño y, a la vez, afrontar una gran desilusión.






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