Comienza el juicio por el caso de Solange Musse: “Cinco años de espera y sólo dos funcionarios en el banquillo”

Pablo Musse, padre de Solange, habló con Eduardo Feinmann en la previa al inicio del juicio por la muerte de su hija.

JUDICIALES01 de septiembre de 2025RedactorRedactor
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Solange Musse falleció en agosto de 2020 a causa de una enfermedad terminal, sin poder reencontrarse con su padre, a quien se le prohibió el ingreso a Córdoba pese a contar con un permiso especial. A cinco años de aquel episodio que conmovió al país en plena pandemia, Pablo volvió a Córdoba para estar presente en el proceso judicial.

El caso tuvo gran repercusión a raíz de la carta de despedida de Solange, que se convirtió en un símbolo de dolor e indignación social. Ahora, su familia enfrenta el juicio contra dos exintegrantes del Centro de Operaciones de Emergencias (COE) de Huinca Renancó, acusados de abuso de autoridad e incumplimiento de los deberes de funcionario público.

Los imputados son el médico Eduardo Andrada, entonces director del hospital local, y la trabajadora social Analía Morales, quienes impidieron que Pablo Musse pudiera ingresar a la provincia en un viaje desesperado por el avance de la enfermedad de su hija.

“Son cinco años de espera, pero sólo hay dos funcionarios imputados, lo cual no es lo que esperábamos”, expresó Pablo. Y agregó: “Esto es apenas el comienzo de la investigación. Nuestro abogado y el juez solicitaron que se avance sobre todos los responsables jerárquicos que tomaron la decisión”.

El recuerdo sigue siendo doloroso para el padre de Solange:
“Ese día lo recuerdo con muchísima bronca. Se ensañaron con nosotros, sobre todo con la tía de Sol, que tiene una discapacidad. El permiso que llevaba era válido y ni siquiera lo respetaron. Me tendrían que haber trasladado a Río Cuarto por el supuesto COVID que decían que tenía, pero no era así. Tomaron decisiones equivocadas y el resultado ya lo conocemos”.

Musse relató además que en el viaje de regreso hacia Neuquén ni siquiera les permitieron utilizar sanitarios en el camino. “Nos trataron como si fuéramos delincuentes o terroristas”, lamentó, recordando que nunca pudo darle el último adiós a su hija.

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