Salud emitió una alerta por el aumento de casos de leptospirosis en Argentina
El Ministerio de Salud de la Nación declaró una alerta epidemiológica tras detectar un incremento de contagios de leptospirosis en el país. Hasta ahora, la enfermedad ocasionó seis muertes en la región central.
De acuerdo con los datos oficiales, se registraron 1.549 casos sospechosos en personas, de los cuales 72 fueron confirmados y 62 clasificados como probables.
El Boletín Epidemiológico Nacional informó además 517 casos en perros, con 107 positivos confirmados. La presencia simultánea de la bacteria en animales y humanos encendió las alarmas en las autoridades sanitarias, sobre todo en provincias del centro y noreste, donde se concentra la mayoría de los diagnósticos.
¿Qué es la leptospirosis?
Se trata de una infección provocada por bacterias del género Leptospira. Se transmite cuando la piel o las mucosas tienen contacto con agua, barro o suelos contaminados por orina de animales infectados.
En zonas urbanas, las ratas son el principal portador, aunque también puede encontrarse en perros y ganado.
El período de incubación puede durar hasta 15 días, lo que retrasa la aparición de los síntomas y complica el diagnóstico temprano, ya que se asemeja a otras enfermedades.
Síntomas
Los signos iniciales suelen confundirse con los de una gripe: fiebre alta, dolores musculares intensos, cansancio general, escalofríos y fuertes dolores de cabeza.
En sus formas más graves, la leptospirosis puede derivar en el síndrome de Weil, que incluye ictericia (coloración amarilla en piel y ojos), hemorragias pulmonares, insuficiencia renal y/o hepática. Estos casos requieren atención médica inmediata por el riesgo vital que representan.
¿Tiene tratamiento?
Sí. La leptospirosis puede tratarse eficazmente si se diagnostica a tiempo. Los médicos suelen indicar antibióticos como doxiciclina, penicilina o ceftriaxona, dependiendo de la severidad del cuadro. La rapidez en el inicio del tratamiento es clave para evitar complicaciones.
Prevención
Las principales medidas de cuidado son:
Evitar el contacto con aguas estancadas o potencialmente contaminadas.
Usar calzado adecuado en zonas de riesgo.
Controlar la población de roedores en ámbitos urbanos y rurales.
Vacunar a animales domésticos y de granja para reducir la propagación de la bacteria.