El jurado encontró culpable a Fernando Aguirre, del homicidio de Lorena Saucedo

Esta tarde concluyó el primer juicio por Jurados que se realizó en Chaco y luego de dos jornadas intensas de debate, los 12 miembros del Jurado popular, encontraron culpable a Fernando Aguirre, por el homicidio de Lorena Saucedo, agravado por el uso de arma de fuego.

POLICIALES 12 de noviembre de 2019 redacción redacción

También, se lo declaró culpable por el delito de homicidio agravado por el uso de arma de fuego, en grado de tentativa contra Brian Saucedo, (sobrino de Lorena) y por el delito de homicidio agravado por el uso de arma de fuego en grado de tentativa contra Yolanda Saucedo, (madre de Bryan y hermana de Lorena.

El veredicto se llegó por unanimidad y fue luego de dos horas de deliberación del Jurado que estuvo compuesto por 6 hombres y 6 mujeres.

Una vez concluida la jornada del día de hoy, la jueza, doctora Hilda Cáceres, se mostró visiblemente emocionada por llegar a contar con un proceso innovador y trascendente en el que es el pueblo quien juzga directamente. “No es fácil estar sentada aquí, con semejante responsabilidad”, dijo.

La cesura, es decir la determinación de los años que se lo condenará a Aguirre, se leerá el próximo 26 de noviembre a las 8:30 horas.

Al tratarse de la sentencia máxima que compete a este tipo de delitos, correspondería a un total de 32 años y 8 meses de prisión aproximadamente.

Una vez concluida la jornada del día de hoy, la jueza, doctora Hilda Cáceres, se mostró visiblemente emocionada por llegar a contar con un proceso innovador y trascendente en el que es el pueblo quien juzga directamente.

“Después de tantos años, ha sido una inmensa emoción”, fueron las palabras y lamentó también no poder contar con una sala adecuada para un juicio con semejante magnitud, a pesar de que destacó la labor llevada a cabo por cada uno de los trabajadores del Poder judicial que se desempeñaron para poner la sala en condiciones.

“No es fácil estar sentada aquí, con semejante responsabilidad”, dijo.

“Es el comienzo de una nueva historia en la vida judicial del Chaco”, destacó el abogado querellante Juan Pablo Fernández, una vez concluido el juicio.

“Considero que es una etapa donde el ejercicio de la administración de justicia ejercida por los pares fortalece la vida democrática y genera una mayor sensación de justicia”, concluyó.

 Jornada con testigos y alegatos

El segundo día del primer juicio por jurados que se llevó a cabo en la provincia, comenzó alrededor de las 8:30 horas. En esta oportunidad se realizaron los alegatos de clausura de la fiscalía, la querella y la defensa, en el caso que tiene como involucrado al joven de 22 años Fernando Aguirre a quien se lo acusa de matar a Lorena Saucedo el pasado 27 de febrero en Villa Facundo.

La fiscalía general, a cargo del doctor Jorge Gómez, insistió en acusar a Aguirre de tres delitos: Homicidio agravado por el uso de arma de fuego contra Lorena, tentativa de homicidio agravado por el uso de arma de fuego contra Bryan Saucedo, (hijo de la hermana de Lorena, Yolanda Saucedo) y tentativa de homicidio por el uso de arma de fuego contra Yolanda.

Para el abogado, las pruebas que se aportaron en la causa son suficientes para demostrar que Aguirre tuvo la intención de matar a Lorena, algo que quedó demostrado, según él, con el testimonio de Yolanda.

“Su objetivo fue matar, no fue un accidente”, fueron sus palabras de clausura, las mismas que utilizó ayer durante la apertura de juicio, durante sus alegatos previo a la declaración de los testigos.

Dejó en claro que no se intentó demostrar que Aguirre es un experto tirador, ya que disparó 5 veces y una de ellas impactó en el cuerpo de Lorena, lo que luego le provocó la muerte, e incluso “podrían haber sido tres las muertes”, si es que impactaban en Yolanda y Bryan.

En este aspecto, aclaró que para una condena por homicidio no es necesario probar el móvil que tuvo el crimen, aunque dijo que era evidente que había problemas con Aguirre.

Gómez aseguró que Aguirre tuvo intención y voluntad de matar, algo que se plasmó en la cantidad de veces que apretó el gatillo, algo que podría haberle causado la muerte también a la madre y al hijo, pero que no concretó “por causas ajenas a él”.

Por su parte, el querellante Juan Pablo Fernández remarcó que Aguirre violó la restricción de 300 metros que tenía, pasó por la casa de Yolanda y volvió sobre sus pasos al advertir que había gente por lo que “vemos que la intención era atentar contra la vida de 3 personas”.

Mientras tanto, la víctima fatal, “estaba buscando el resguardo de su casa, el cual debería ser el lugar más seguro” y por eso recibió el impacto en el brazo derecho.

“Nadie fue a una escuela de tiro para matar a alguien”, dijo poniendo otros casos de asesinatos como ejemplo, y por eso pidió que se lo condene por Homicidio agravado por la utilización de arma de fuego.

“Le pido al Jurado que use el sentido común para dictaminar la culpabilidad”, remarcó.

El abogado defensor Juan Pablo Cervera se tomó de ésta última frase para comenzar su alegato. Habló también del sentido común y de la diferencia que existe con la rigurosidad científica, que, por ejemplo, posicionó al tirador a 33 metros de distancia de sus objetivos.

También cuestionó algunas pruebas presentadas por la querella, como las fotos que se sacaron del lugar, las que no tenían una imagen nítida, así como el peritaje que realizara el perito en criminología, también en el lugar, porque no estuvo presente la defensa.

En todo momento, la defensa no negó que Aguirre haya disparado, sino por el contrario, lo ratificó, pero pretende que no se lo acuse de tener la intención de matar, sino que la muerte de Lorena, se produjo mediante un accidente.

“La Fiscalía y la querella no demostraron la intención que tuvo, pero las desgracias pasan y ésta es una”, relató y en un momento de su alegato se refirió también a los accidentes de tránsito, que “suceden”. “La suerte le tocó como a tantos en el tránsito”, dijo y recalcó que Aguirre “es un impulsivo” pero a la vez, “es un pésimo tirador”.

Cervera pretende que se juzgue a su defendido por el delito de abuso de arma con homicidio culposo.

Dos especialistas y un arma con problemas

La segunda jornada del juicio inició temprano, pasadas las 8:30 de la mañana, con la declaración de dos testigos convocados por la defensa. Se trató del médico bacilio Ramírez, cuya especialidad es la traumatología, además de que fue médico forense de la Policía hasta el 2007 donde pasó a formar parte del Servicio Penitenciario.

Además de que vio el informe de la autopsia que se le practicó al cuerpo de Lorena. Para poder explicar el impacto de la bala en el brazo de la víctima, el doctor se paró y explicó lo que veía en la foto.

Recordó que el impacto coincide a la altura de la tercera costilla y que provocó una lesión en la cara externa del glóbulo superior. Para poder explicar mejor las consecuencias internas que dejó la bala, realizó un dibujo explicativo para el Jurado.

La bala realizó un trayecto dentro del pulmón y salió por su cara externa, alcanzando a lesionar bazos que coinciden con la vena yugular y el tronco braquiocefálico, que cuando se lesiona “es como una manguera”, en relación a la cantidad de sangre que emana de allí. El colapso del pulmón provocó un hemotorax.

“Si hubiese sido un calibre menor el arma, no hubiese hecho todo ese daño”, cabe mencionar que se trata de un calibre 32, y agregó que por la zona en que se produjo el impacto, por lo general se trata de una herida que no provoca la muerte.

El segundo testigo, también llamado por la defensa, fue el experto en armas Edgardo Eusebio Vicente, que se desempeña como instructor de instructores de tiro. Él es quien otorga actualmente la tenencia de armas. En el Renar trabaja hace 25 años y en el Polígono de tiro hace 26 años.

Según dijo, por la dispersión que se logró constatar en la pared de la casa, (es decir las distancias que existen entre los lugares en que impactaron las balas), el tirador “no tiene ningún tipo de experiencia”.

También ejemplificó agarrando el arma secuestrada y que fue aportada como prueba, para demostrar cómo el brazo se mueve por la fuerza de la explosión. En esta empresa tuvo algún inconveniente debido a que el tambor donde se encuentran los alveolos se trabó y no los podía abrir.  Muy cuidadosa, la jueza Alicia Cáceres, le pidió que tenga cuidado ante la posibilidad de que el revolver esté cargado.

Con mucho esfuerzo y luego de varios intentos, logró destrabar el arma y constatar efectivamente que estaba vacía, no sin antes generar alguna inquietud en la sala.

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