Puerta Giratoria de la Justicia: Crimen en Villa Oeste, uno de los detenidos con prisión domiciliaria

En una alarmante muestra de la vulnerabilidad del sistema judicial, el reciente asesinato de Estela Susana Chávez, de 56 años, en el barrio Villa Oeste, Resistencia, ha puesto de manifiesto la problemática de la "puerta giratoria" de la justicia en el país. La víctima fue baleada en su hogar en medio de un tiroteo, y aunque fue trasladada de urgencia a un centro de salud, llegó sin signos vitales.

La Policía detuvo a dos jóvenes en el barrio El Timbó, horas después del hecho. Uno de ellos, identificado como Núñez, de 20 años, tenía un amplio historial delictivo y se encontraba bajo prisión condicional por una condena reciente de tres años impuesta por la Cámara Tercera en lo Criminal. Esta condena, dictada en 2023, incluía reglas de conducta que, evidentemente, no fueron respetadas.

El caso de Núñez es un claro ejemplo de cómo el sistema judicial puede fallar en su función de proteger a la sociedad. A pesar de su historial de delitos graves, que incluye lesiones y tenencia ilegal de armas, el joven estaba libre y pudo cometer un homicidio. La frustración de la comunidad crece ante la constatación de que los mecanismos de control y rehabilitación parecen ser insuficientes para evitar que individuos con antecedentes delictivos reincidan en la violencia.

La situación plantea interrogantes sobre la efectividad de las penas condicionales y el seguimiento de los condenados. ¿Cómo es posible que una persona con un historial tan problemático pueda estar en libertad, poniendo en riesgo la vida de ciudadanos inocentes? Este caso no solo resalta la falta de medidas efectivas para prevenir la reincidencia delictiva, sino también la necesidad urgente de una reforma en el sistema judicial que garantice la seguridad pública.

La investigación avanza y se espera que las autoridades tomen medidas para abordar esta problemática. Los familiares de Estela Susana Chávez y la comunidad en general claman por justicia, no solo por el asesinato de la mujer, sino también por un sistema que parece permitir que la violencia continúe sin control.

La puerta giratoria de la justicia debe ser cerrada. Es hora de que el Estado asuma su responsabilidad y garantice la protección de sus ciudadanos, implementando medidas que realmente prevengan el delito y promuevan la rehabilitación efectiva de los infractores. La seguridad de la comunidad no puede ser un sacrificio más en el altar de la impunidad.

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