El testigo que defendió a Emerenciano Sena: entre la evidencia y la lealtad, "Don Emerenciano no es una mala persona"

En una jornada clave del juicio por el femicidio de Cecilia Strzyzowski, un testigo inesperado generó sorpresa y controversia. Alfredo Lorenzo Aguirre, instructor de artes marciales y conocido del principal imputado, César Sena, declaró ante el jurado popular y dejó un testimonio que mezcló elementos incriminatorios con una férrea defensa personal hacia Emerenciano Sena, padre del acusado.

Aguirre reconoció haber colaborado con la familia Sena en el traslado de muebles desde la vivienda familiar hasta su propio domicilio, a pedido expreso de los imputados. Dichos muebles, según confirmaron luego las pericias, contenían restos de sangre pertenecientes a Cecilia, lo que transformó el gesto de ayuda en una pieza clave para la hipótesis del encubrimiento.

“Me pidieron si podía guardar unos muebles y acepté, sin hacer preguntas”, relató Aguirre ante los jueces, quien aseguró no haber sabido del crimen en ese momento.

Sin embargo, lo que más llamó la atención no fue solo su participación en el movimiento de objetos que hoy son pruebas materiales del encubrimiento, sino su decidida defensa pública de Emerenciano Sena. Durante su declaración, el instructor aseguró ante el jurado:

“Don Emerenciano no es una mala persona, creo en su inocencia, creo en su palabra. Todos somos inocentes hasta que se demuestre lo contrario.”

El contraste entre la evidencia que lo involucra indirectamente en la remoción de pruebas y su discurso de lealtad personal a uno de los principales acusados generó conmoción en la sala.

Fuentes judiciales consultadas interpretan su declaración como un testimonio doblemente relevante: por un lado, confirma acciones que complican a la familia Sena en el intento de ocultar rastros del crimen; por otro, deja ver la influencia y fidelidad que aún conserva “Don Emerenciano” en su círculo cercano.