Interesante artículo periodístico de María Liz Ramírez – Óptica, contactóloga y empresaria– sobre los riesgos de comprar anteojos de mala calidad

La venta masiva de anteojos sin protección en boutiques, ferias y locales no habilitados de Resistencia dejó de ser un simple descuido comercial: es una grave irresponsabilidad sanitaria que pone en riesgo la salud visual de miles de consumidores. Así lo advierte la óptica y contactóloga María Liz Ramírez, quien señala que estos comercios —cuyo rubro no es la óptica— deben cesar inmediatamente la comercialización de lentes sin certificación.

Ramírez explica que este problema se agrava en locales de indumentaria reconocidos, donde se ofrecen anteojos a preadolescentes y adolescentes por valores que rondan entre los $3.500 y $11.500, acompañados por una falsa etiqueta de “protección UV”. Esta pegatina, asegura, es un engaño: no existe certificación real ni garantía sanitaria, y su uso representa un riesgo visual grave camuflado como moda.

La especialista advierte que la promoción indiscriminada en vidrieras, ferias y páginas web es una estrategia de bajo costo para atraer compradores, pero cuyo impacto puede ser severo: daños oculares irreversibles. Además del riesgo para la salud, la situación configura una práctica de competencia desleal contra los comercios habilitados que cumplen con normas sanitarias y legales.

Para Ramírez, la situación es crítica y la inacción de los comercios no puede interpretarse como ignorancia, sino como posible complicidad en un fraude a la salud pública. Asegura que la venta de anteojos sin protección activa automáticamente a los organismos de fiscalización y Defensa del Consumidor, y recuerda que la aparente tendencia “fashion” no exime responsabilidades: “La legalidad no se negocia con modas”.

Finalmente, advierte que cada punto de venta detectado será reportado y que quienes persistan en esta práctica deberán responder por cada unidad exhibida. “La ley no admite excusas: admite sanciones. Seguir vendiendo estos anteojos es firmar una infracción anticipada. El comerciante perderá más de lo que cree estar ganando”, concluye Ramírez.

Maria Liz Ramirez - Optica contactóloga Empresaria