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El fiscal Martín Bogado, integrante del Equipo Fiscal Especial, fue el encargado de abrir los alegatos en el juicio por el femicidio de Cecilia Strzyzowski, ocurrido en junio de 2023. En su exposición ante la jueza técnica Dolly María de los Ángeles Fernández, describió con detalle cómo, según la acusación, la familia Sena habría planificado y ejecutado el crimen para luego hacer desaparecer el cuerpo de la joven de 28 años.
“Cecilia era una joven con sueños, proyectos y valores distintos a los de la familia Sena. Cuando se dieron cuenta de que no podían controlarla, decidieron eliminarla”, sostuvo Bogado en su alegato inicial.
Tras las instrucciones de la magistrada y la presentación de los acuerdos probatorios —entre ellos, la confirmación del vínculo matrimonial entre Cecilia y César Sena, casados el 16 de septiembre de 2022 y divorciados en diciembre del mismo año—, el fiscal reconstruyó paso a paso lo ocurrido el 2 de junio de 2023.
Según la acusación, ese día Marcela Acuña salió de su casa a las 9:11 rumbo al barrio Emerenciano, y César Sena ingresó tres minutos después junto a Cecilia. Entre las 10:00 y las 10:46, el joven la habría asesinado en una de las habitaciones de la planta baja.
Bogado explicó que la víctima fue engañada: le habían hecho creer que Acuña le había conseguido un trabajo en Ushuaia y que debía viajar con César. “Todo era una trampa”, señaló.
De acuerdo con el relato fiscal, Emerenciano y Marcela Sena planificaron el crimen, César lo ejecutó y luego todos coordinaron las acciones para ocultar el cuerpo. Por orden de Acuña, Gustavo Obregón y Fabiana González llegaron al domicilio para hacer desaparecer las pruebas.
Esa misma noche, a las 19:40, César regresó a la vivienda y, junto con Obregón, cargó el cuerpo en una camioneta. Lo ocultaron bajo basura y lo trasladaron al campo Rossi, donde lo incineraron. Antes de retirarse, dieron instrucciones a los caseros Reinoso y Melgarejo para mantener el fuego encendido.
Entre el 3 y el 6 de junio, Fabiana González —a quien la fiscalía define como “la mano derecha” de Acuña— limpió habitaciones y retiró muebles manchados con sangre. El 6 de junio, Obregón y César volvieron al campo, recogieron los restos con palas y los arrojaron al río Tragadero, quemando las bolsas que los contenían. Ese mismo día, los Sena cambiaron sus teléfonos y quemaron el bolso y el celular de Cecilia.
La acusación sostiene que se trató de un homicidio doblemente agravado, por el vínculo y por mediar violencia de género, y que todos los imputados cumplieron roles específicos dentro del plan criminal.
“El relato que escucharán dirá que Cecilia está desaparecida y que Marcela Acuña fue una madre desesperada por proteger a su hijo. Pero no: cada uno de ellos sabía perfectamente lo que hacía. Fueron piezas fundamentales de un rompecabezas macabro”, concluyó Bogado.
Tras el fiscal, el abogado Gustavo Briend, representante de la familia Strzyzowski, tomó la palabra y expresó su adhesión a la reconstrucción presentada por el Ministerio Público Fiscal.
Tras finalizar las audiencias de cesura, los seis imputados declarados culpables por el femicidio de Cecilia Strzyzowski hicieron uso de sus últimas palabras antes de que la jueza técnica defina las penas correspondientes.
