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Durante los alegatos de clausura en el juicio por el femicidio de Cecilia Strzyzowski, el abogado querellante en representación del Estado chaqueño, Juan Ignacio Díaz, sostuvo que el crimen fue ejecutado por una organización delictiva con poder e impunidad, encabezada por la familia Sena.
“Desde el inicio asumimos este compromiso en nombre del Estado chaqueño y en representación de la víctima. Ustedes pueden decirle que no a la impunidad”, expresó al dirigirse al jurado popular. “Cecilia está presente hoy en una foto, pero aun asesinada sigue gritando que este hecho, cometido por esta organización delictiva, no puede quedar impune”, remarcó.
“Una joven con sueños que eligió al hombre equivocado”
Díaz reconstruyó la historia de Cecilia como “una joven de 28 años, con sueños y ganas de progresar, que creyó en el amor y eligió al hombre equivocado”. Según la querella, César Sena la controló, manipuló y atemorizó, mientras que Marcela Acuña y Emerenciano Sena diseñaron un plan que incluyó el falso viaje a Ushuaia y una propuesta laboral inexistente como señuelo.
En esa trama, Fabiana González, Gustavo Obregón, Griselda Reinoso y Gustavo Melgarejo habrían cumplido el rol de “mano de obra” en el encubrimiento, siguiendo órdenes directas del matrimonio Sena.
“La familia Sena actuaba con total impunidad. Cecilia no murió por azar: murió por violencia de género extrema en manos de una organización criminal”, enfatizó Díaz.
“No fue un hecho improvisado ni político: fue planificado”
La querella estatal sostuvo que el femicidio ocurrió entre las 10.07 y las 10.49 del 2 de junio de 2023, dentro de la casa de Santa María de Oro, propiedad de la familia Sena. “Cecilia ingresó, pero nunca salió. Estaba convencida del viaje: su última búsqueda fue sobre chocolaterías en Ushuaia”, recordó Díaz.
“La muerte ocurrió en ese lugar porque allí comenzó la impunidad”, señaló, explicando que era un espacio completamente controlado por la familia, donde podían coordinar movimientos sin riesgo y contar con sus colaboradores.
El abogado repasó los conflictos previos al crimen: un matrimonio que duró apenas 24 horas, el rechazo de los Sena, episodios de violencia y el uso de estructuras del movimiento como pantalla para lavar dinero.
“Nos siguen mintiendo”
Díaz cuestionó las versiones de los imputados: “Marcela dijo que vio un bulto, pero lo que vio fue un cuerpo. Emerenciano tiene lagunas mentales solo cuando hablamos del 2 de junio. Se presentan como víctimas, pero la víctima es Cecilia”.
Según la querella, entre las 12.16 y las 13.01, la familia Sena se reunió para coordinar la segunda etapa del plan: el encubrimiento. Luego, describió la fase final del crimen: el traslado del cuerpo en la camioneta de César, el llegado a Campo Rossi, el uso de palas y combustible, y las órdenes enviadas por teléfono a Melgarejo y Reinoso para “avivar el fuego”.
La perito forense explicó que la cremación del cuerpo requirió al menos tres horas de fuego intenso, lo que imposibilitó la recuperación de ADN, aunque los fragmentos y cenizas hallados coinciden con los de Cecilia. Además, recordó el hallazgo del dije en forma de cruz reconocido por Gloria Romero y Mercedes, madre y abuela de la víctima.
“Cecilia sigue gritando justicia”
“Cecilia está gritando, aun asesinada, que este hecho fue cometido por una organización delictiva. Este crimen no puede quedar impune”, cerró el alegato Díaz, mirando al jurado.
Tras finalizar las audiencias de cesura, los seis imputados declarados culpables por el femicidio de Cecilia Strzyzowski hicieron uso de sus últimas palabras antes de que la jueza técnica defina las penas correspondientes.
