Juicio por Cecilia: la defensa de Marcela Acuña aseguró que fue “ajena a todo lo ocurrido”

CASO CECILIA STRZYZOWSKI13 de noviembre de 2025RedactorRedactor
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Durante la segunda jornada de alegatos finales en el juicio por el femicidio de Cecilia Strzyzowski, la abogada Celeste Ojeda, defensora de Marcela Acuña, pidió al jurado un veredicto absolutorio y sostuvo que su clienta “no tenía conocimiento de lo que había hecho su hijo, César Sena”.

El alegato comenzó pasadas las 13:30, luego de la exposición de Ricardo Osuna —defensor de Emerenciano Sena—. En su intervención, Ojeda afirmó: “Les dije que iba a demostrar con pruebas lo que sucedió, y hoy puedo mirarlos a la cara y decir que lo probé. Les traje pruebas técnicas, no testimonios: pruebas nuestras y de la propia fiscalía”.

La defensora centró su exposición en refutar la existencia de un plan criminal dentro de la familia Sena y reconstruyó la secuencia de los hechos del 2 de junio de 2023. Según su planteo, hubo una diferencia de más de cinco horas entre la supuesta hora de muerte de Cecilia —10:47— y el primer mensaje que Acuña envió a Fabiana González, a las 16:51.
“Pasaron seis horas hasta que Marcela se da cuenta de que algo grave había ocurrido en su casa”, sostuvo Ojeda.

También cuestionó la hipótesis de la fiscalía que indica que Marcela y Emerenciano se habrían retirado del domicilio de Santa María de Oro para dejarle “la casa libre” a César. “Hay que ver si eso es cierto —dijo—. A las 8:30 se ve en un video al cabo Cruz a dos personas llegando en moto: una era Fabiana y la otra, Diana. ¿Por qué no lo mencionaron? Porque se caía la idea del plan”.

Ojeda además ironizó sobre la supuesta planificación del crimen: “Si existía un plan criminal, fue un plan muy torpe. César llegó a la casa y no tenía la llave, tuvo que esperar dos minutos a que alguien le abriera. ¿Ese es el gran plan del que hablan?”, expresó.

La abogada también señaló que, minutos después del presunto momento del crimen, Fabiana González regresó a la casa “de improviso”, lo que, a su entender, contradice la teoría de coordinación entre los implicados.
Por último, remarcó que cuando Marcela se encontró con su hijo en el exbarrio Emerenciano “no hablaron de lo ocurrido”, y que los mensajes exhibidos en el juicio “demuestran que ella no sabía lo que pasaba”.

“Desde la defensa mostramos todos los mensajes y probamos que Marcela no sabía lo que le pasaba a su hijo. No hay una sola evidencia que la vincule a un plan para matar a Cecilia”, concluyó.

“Hasta ese momento, César no había dicho nada. Incluso Marcela contó ayer que su hijo sigue sin hablar”, agregó la abogada. Luego mencionó la llegada de Roxana Ferreyra, empleada doméstica de la familia, a la vivienda de Santa María de Oro alrededor de las 16:00. “Se le preguntó al cabo Cruz por qué se eliminó el segundo video de las cámaras de seguridad y respondió que fue por pedido del fiscal. ¿Por qué? Porque no encajaba con la teoría del plan”, sostuvo Ojeda.

A lo largo de su exposición, buscó derribar la idea de una planificación criminal. Mostró mensajes entre Fabiana González y Acuña para demostrar, según dijo, la desesperación de su clienta. “¿Qué más prueba de angustia que esos mensajes que le envía a una persona de confianza para que vaya a su casa? Marcela no ideó ni participó del homicidio de Cecilia”, afirmó.

También relató que le preguntó directamente a Acuña si alguna vez le dio instrucciones a Gustavo Obregón. “Marcela fue tajante: nunca lo hizo. Solo pidió que le sacaran el problema. Todo lo que ocurrió después no fue por pedido suyo. Ella aún espera que hable quien realmente debe hacerlo, y no es ella”, dijo la defensora.

Ojeda presentó además los chats entre Cecilia y Acuña para desmentir una supuesta mala relación. “Es falso que la odiara porque no quería ser piquetera. Esa es una versión inventada por la Fiscalía para sostener un plan que nunca existió”, remarcó.

En el cierre de su alegato, se dirigió al jurado: “Nada de lo que se dijo tiene lógica porque no hubo plan. Nadie esperaba que algo así ocurriera. Ahora ustedes deberán decidir si Marcela sabía de antemano lo que iba a pasar en su casa o, como sostenemos, si se enteró después y actuó desde la desesperación”.

Finalmente, concluyó: “Marcela reaccionó como una madre desesperada que quiso proteger a su hijo. Y eso, señores del jurado, no es homicidio: es encubrimiento agravado”.

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