
César Sena, Emerenciano Sena y Carlos Barraza fueron trasladados al Pabellón 5: sin contacto con presos comunes y aislados en el centro de la alcaidía
POLICIALESAyer
redacción






Tras la fuga de Luz Mía Di Batista, alias “La Barby”, ocurrida durante la madrugada del lunes y que ya fue recapturada en la provincia de Corrientes, provocó movimientos internos en el Servicio Penitenciario Provincial (SPP) respecto a los detenidos considerados de alto perfil.
Como consecuencia de esta situación, César Sena, Emerenciano Sena y Carlos Iván Barraza fueron trasladados al Pabellón 5 del Complejo Penitenciario de Villa Barberán, un sector ubicado en el medio de la alcaidía, completamente alejado de la población carcelaria común.
Según pudo saber este medio, los tres detenidos no tendrán contacto con otros presos, ya que se encuentran alojados en un pasillo interno donde, si bien existen otros pabellones a ambos lados, no hay posibilidad de cruce, diálogo ni contacto visual con el resto de los internos.
El sector asignado es considerado una celda “vip” dentro del penal, tanto por internos como por personal penitenciario. Además, los Sena y Barraza cuentan con un patio interno propio, del cual pueden hacer uso desde las 7 hasta las 19 horas, permaneciendo doce horas diarias con acceso controlado, hasta que el personal procede al cierre de las celdas.
Fuentes penitenciarias indicaron que la decisión de reubicarlos responde a cuestiones de seguridad, luego de que se encendieran las alarmas tras la fuga de la detenida que se encontraba alojada en un sector cercano al de los tres condenados.
Cabe recordar que en ese mismo espacio del Pabellón 5 fue alojado anteriormente el exjefe de la alcaidía de Resistencia, Ernesto Fabián Risso Patrón, condenado por contratar a un sicario para un doble homicidio y por su vinculación con el narcotráfico en Barranqueras, lo que refuerza el carácter reservado y de máxima seguridad del lugar.
De esta manera, los tres dirigentes piqueteros, que durante años compartieron protestas y reclamos sociales en la vía pública, ahora conviven en un pabellón especialmente aislado, sin interacción con el resto de la población carcelaria, en una medida que busca evitar conflictos y reforzar el control interno del penal.






















