DANA en Valencia: insultaron y arrojaron barro al Rey de España y su comitiva durante su visita a los damnificados por las inundaciones.

Felipe VI intentó calmar los ánimos de los vecinos de Paiporta, uno de los lugares más afectados por la catástrofe natural. "¡Fuera!" y "¡Asesinos!" fueron algunos de los gritos que se escucharon.

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El barro que algunos residentes lanzaron el domingo a los reyes salpicó la nariz de la reina Letizia y manchó la frente del rey Felipe VI. Una imagen inédita en la historia contemporánea de la Casa Real española.

A cinco días de la mayor tragedia climática que ha sufrido España, los reyes intentaron visitar los pueblos devastados por las inundaciones. Sin embargo, la angustia y el enojo de algunos vecinos lo impidieron.

Los residentes de las localidades arrasadas están desesperados. La magnitud de la destrucción, con 217 muertos confirmados hasta el momento y cientos de desaparecidos, se vuelve más evidente con el paso del tiempo. Muchos coinciden en que la alerta que recibieron en sus móviles llegó tarde, justo cuando el agua ya les llegaba al cuello.

Los paraguas negros que la escolta desplegó para proteger a los monarcas del barro volador no fueron suficientes. El fango, que ahogó vidas y destruyó hogares, se convirtió en el único recurso que tenían los vecinos para expresar su descontento y frustración.

Los reyes intentaron mantenerse firmes. No querían irse. La reina no podía ocultar su llanto, mientras el monarca hacía gestos para apaciguar a la multitud y se acercaba a hablar con los residentes.

"Felipe, hay gente muerta por ahí", le decía un joven.

"¿Por qué se han ido los que tenían que estar?", preguntaba otro vecino sobre el presidente del gobierno, Pedro Sánchez, y el presidente regional, Carlos Mazón, quienes llegaron con los reyes pero no permanecieron hasta el final. "Si hubiesen venido el primer día y se hubiesen puesto las botas, el pueblo los hubiese apoyado."

"En un país como España deberíamos estar más preparados para esto", increpaban al jefe de Estado.

A pesar de estar cubiertas de barro, la reina Letizia abrazaba a las mujeres, también embarradas, que se acercaban en busca de consuelo.

La visita que no fue

Felipe VI y Letizia tenían planeado recorrer Paiporta, el municipio de Valencia considerado "zona cero" de la tragedia del 29 de octubre, y Chiva, donde las lluvias torrenciales desbordaron el barranco del Pollo, dejando a cientos de personas presuntamente sepultadas.

Las protestas de los vecinos interrumpieron el itinerario previsto, y el recorrido de los monarcas por Chiva fue cancelado.

La Casa Real había anunciado la visita de los reyes el viernes. Aunque fue confirmada el sábado, el itinerario no se hizo público hasta el domingo por la mañana.

Los reyes llegaron a Paiporta acompañados por Pedro Sánchez y el presidente regional Mazón, quien también recibió barro lanzado por algunos vecinos que pedían su renuncia.

"Al recorrer las calles de Paiporta, la comitiva fue increpada y agredida por un grupo de personas. Algunos arrojaron bolas de barro y otros objetos. En ese momento, la escolta del presidente del gobierno activó el protocolo de seguridad y lo trasladó al Puesto de Mando Avanzado", justificaron desde La Moncloa la rápida retirada del presidente Sánchez, quien también fue insultado.

"¡Perro, vete!", le gritaban algunos. "¿Qué vienes a hacer aquí si a ti no te falta el agua como a nosotros?"

Ya a salvo, el presidente opinó sobre lo sucedido: "No nos vamos a desviar, pese a lo que pueda suceder con algunos violentos absolutamente marginales", dijo.

"El conjunto de la ciudadanía valenciana y española solo quiere mirar hacia adelante y reconstruir sus vidas", agregó Sánchez.

El gobierno regional impide que los vecinos de las zonas afectadas se trasladen entre municipios. La prioridad es mantener libres los pocos caminos de acceso a los pueblos que no quedaron destruidos para que las grúas, tractores y camiones del Ejército puedan entrar. Las tareas de remoción de escombros y la recuperación de vehículos parece una tarea interminable.

Los cuerpos que regresan del mar

A 30 kilómetros de Paiporta, donde los reyes recibían una lluvia de barro, el mar comenzaba a devolver los primeros cuerpos de las personas que no sobrevivieron a la DANA, el fenómeno atmosférico que provocó la catástrofe en Valencia.

Personal de la Guardia Civil recorre la costa de la playa de Sueca con perros entrenados para hallar cadáveres.

A las tres y cuarto de la tarde, los primeros truenos desataron el pánico en los pueblos de la provincia de Valencia, devastados cinco días antes por las peores inundaciones del siglo en España.

Casi al mismo tiempo que se escuchaban los truenos, el gobierno regional envió una alerta a los teléfonos móviles de los vecinos, avisando que el servicio meteorológico había activado un aviso rojo "en el litoral de Valencia por lluvias intensas, aunque no se prevé que sean especialmente persistentes". A las ocho y media de la noche, el aviso pasó de rojo a naranja.

La recomendación era que todos, vecinos y voluntarios, regresaran a sus casas, y que quienes vivían en plantas bajas buscaran alojamiento en pisos más altos.

"¡Dios mío, Dios mío!", repetía Marilú, una vecina de 67 años de Paiporta, aferrada a sus dos perritos, Paris y Lucas.

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